Si pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo, entonces conciliar el sueño y mantenerlo durante toda la noche es crucial para nuestra salud pero también para nuestro bienestar, nuestro estado de ánimo y nuestra cordura, en general.
No sólo los problemas personales y profesionales pueden afectar a nuestra capacidad para lograr un sueño duradero, existen, a su vez dolencias – como el insomnio, la apnea del sueño y el síndrome de piernas inquietas- e hijos pequeños que perturban nuestro descanso. Sin embargo, otros factores importantes son unas rutinas incorrectas y el dormitorio de matrimonio que no facilita el sueño sino que, más bien, lo entorpecen.
Repasaremos, inicialmente, qué rutinas pueden ayudarnos a caer en brazos de Morfeo sin problemas y permanecer en ellos durante toda la noche. Y os daremos las claves para que vuestra habitación sea un verdadero oasis de descanso.
Mantener un horario regular es una de esas rutinas clave, como también lo son practicar ejercicio asiduamente, realizar una cena ligera – priorizando alimentos como las cremas de verdura, el pescado y la leche con miel y evitando excitantes como el café el té y el azúcar-, y disfrutar de un baño caliente antes de acostarnos.
Relajarse, dejar de lado las preocupaciones y leer un libro antes de dormir son otras recomendaciones interesantes. Así como las infusiones relajantes, como las de tila, manzanilla, pasiflora, y valeriana.
El objetivo es desconectar, pero, de verdad. El móvil, la tablet, el portátil y el televisor deben o bien quedarse fuera de la habitación o bien permanecer apagados el mayor tiempo posible antes de la hora de dormir. Pasar horas revisando las redes sociales o viendo una película se traduce automáticamente, en menos tiempo de sueño profundo y de calidad.
Y precisamente para desconectar hay que prestar mucha importancia al espacio en el que dormimos y a los elementos que lo integran.
En primer lugar, debe cuidarse la elección de los colores en el dormitorio de matrimonio, empezando por las paredes, pero sin olvidar las colchas y las almohadas – bajas y no demasiado blandas- y las cortinas. Los tonos suaves potencian la sensación de tranquilidad y descanso. Pero, más allá del blanco y de los colores crudos, cabe recordar que el azul relaja y que el verde proporciona equilibrio.
Invertir en una cama sólida y en un buen colchón también son buenas apuestas de futuro, así como ropa de cama de materiales y texturas naturales. Además, muchos expertos coinciden en que la calidad del sueño mejora cuando el cabezal está orientado al norte y el pie de la cama al sur.
Menos es más. Por eso es crucial que favoreciendo el equilibrio tanto interior como exterior.
Ten en cuenta que, además, que las formas redondas transmiten sensación de calma, ya que suavizan la decoración. Por el contrario, en el dormitorio de matrimonio, los diseños con formas rectangulares activan nuestra mente.
Favorecer una buena ventilación y evitar cortinas densas y moquetas que acumulen ácaros mejora el sueño. Apagar, en la medida de lo posible, la calefacción y el aire acondicionado mientras dormimos, también, al igual que mantener un nivel de humedad no demasiado alta, entre el 50 y el 70%, evitar las luces estridentes y pasar el aspirador con frecuencia. La temperatura ideal oscila entre los 18 y los 22 grados.
Además, la aromaterapia puede ser una gran aliada para el descanso, gracias al efecto calmante de la lavanda y el eucalipto. Los sonidos naturales, como el de la lluvia y el del mar, generan ondas sonoras positivas que pueden lograr un descanso duradero.
Y, una última recomendación, haz la cama todos los días. Descubrirás el placer de meterse cada noche en una cama ordenada y dejarse envolver por las sábanas.
¡Dulces sueños!
